viernes, 26 de junio de 2015

Miguel Ibarra: Variantes de calidad




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15-Marzo-1990 (25 años)
170 cm
66 kg
Interior-extremo (Quizá funcione ubicado como segundo punta)
Jugador de la MLS con doble nacionalidad, cuenta para la selección americana.


Miguel Ibarra pertenece a la generación de destacados futbolistas americanos con apellidos latinos. Como tal, podemos agradecer características de mentalidad así como pasión y habilidad por el soccer. 
Lo sorprendente de Ibarra es su validez en dos posiciones, pero más allá de ello en dos contextos diferentes dentro de la fase de ataque. Sus cualidades resultan sorprendentes porque representa una formidable arma de contrataque cuando hay espacios abiertos o el rival deja una cierta distancia entre su línea defensiva y su arquero.


Miguel Ibarra es muy válido tanto para iniciar un contragolpe como para finalizarlo.


Comencemos por su posición. La preferida por Miguel es la que se extiende desde el interior izquierdo hacía el extremo de la misma banda. Esa realidad interior-extremo deja muy latente el riesgo que significa que reciba sin marca por muy cerca que esté del centro del campo. Lo que va a marcar su posición de arranque es su propia interpretación del juego. La altura de su lateral, lo espeso que esté el mediocampo, la posibilidad de cambiar de banda… hablamos de un jugador muy inteligente.

Dependiendo de su posición lo que no varía es su comprensión de asociación. A diferencia de muchos mediocampistas es raro verle girar con la pelota en los pies, es decir, si recibe de espaldas prefiere el pivoteo. Una cualidad básica para su fútbol es recibir la pelota de cara o tras un pase diagonal, para poder arrancar perfilado de izquierda a derecha o arrancar al ataque. 

Entonces, dependiendo de su interpretación, puede estar situado como un interior a la espera de recibir/recuperar para atravesar líneas en carrera o muy escorado a la izquierda


Miguel Ibarra es el jugador que te encuentras en un partido y te pasa al lado como un rayo: si te impacta, caes al suelo. Corta el aire cuando arranca.


A la hora de valorar sus cualidades físicas nos damos cuenta del portento que es Miguel. Su arranque es simplemente vertiginoso. Su baja estatura se traduce en un tren inferior potente, una zancada corta y velocidad de piernas. Es fuerte y sobre todo, es consciente de su cualidad física. Recibe la pelota y su velocidad de aceleración es brutal. Sólo en el instante de arrancar ya sacó ventaja al rival, por más cerca que esté de él o incluso siendo superiores en número. Su velocidad punta también es muy alta, será sin duda uno de los jugadores más rápidos de la Liga MX. 

Además de su aceleración y velocidad, tiene una gran resistencia con la que mantiene el ritmo en carreras que arrancan desde su propio campo sin bajar un ápice. Dicha resistencia también se nota a lo largo del partido dándole ventaja en los minutos finales. La combinación de estos elementos es tal, que atravesar las líneas rivales apenas le conceden espacio se convierte en un juego de niños y desde ahí a dominado contra rivales en una liga que suele tener poca coordinación entre sus defensas y mediocampistas.


La potencia de Ibarra hace parecer a los defensas centrales exageradamente lentos.


Las condiciones técnicas de Miguel son también parte de su fútbol y le vuelven impredecible y efectivo a la hora de atacar. Primero debemos mencionar que gracias a su baja estatura y control de la pelota, es capaz de cambiar de dirección en carrera y con la pelota, sin necesidad de detenerse a encarar. Por lo tanto, es muy válido para ganar la banda o buscar el enganche en busca de asociarse o ganar posición de disparo. De hecho, es más común verle ejecutar la primera jugada merced a la habilidad que tiene para manejar ambos perfiles: su capacidad para centrar, disparar o definir (es decir, colocar el disparo de gol) es casi indistinta entre ambas piernas. 

Si bien su posición escorada a la izquierda se debe a la idea de partir con posibilidad de llegar perfilado al área (propiamente el enganche de izquierda al centro no suele suceder) suele centrar mejor la pelota cuando llega por la derecha, porque entonces se toma el tiempo de levantar la cara y buscar un objetivo.

Otro punto a destacar son sus centros, que distan mucho de ser lanzados sobre la carrera, altos y colgados al segundo palo. En su lugar, y dada la ventaja que suele sacar en carrera, Miguel Ibarra coloca la pelota rasa o a media altura en busca del manchón penal, es decir, en busca de un rematador. La inteligencia de estos centros suele ser útil, pero quizá no tendrían como objetivo encontrar a Boselli, sino que serían perfectos para buscar a un rematador experto en la cachetada al primer palo, como es Marco Bueno (http://akelandos.blogspot.mx/2015/06/marco-es-bueno.html).

La técnica individual de Miguel es destacada, para definir puede utilizar el interior como el empeine de ambas piernas. Sus pases suelen ser precisos e incluso sabe pisar la pelota o rozar la pelota para escapar de situaciones de marca. Su control de balón en carrera es bueno y además tiene una capacidad muy notable en el control de balones aéreos. Bajarlos es para él un ejercicio fácil, incluso cuando la pelota viene de su espalda. Por eso es un jugador peligrosísimo se ubica en posición de segunda punta, que lo suele hacer. Un trazo largo y en velocidad se separa de la defensa, controla sin problemas y define gracias a su capacidad para encarar al arquero con tranquilidad.


No es fácil ubicar a un jugador que está acostumbrado a ser el centro de su equipo.


Llega finalmente el momento de buscarle un lugar en el primer equipo. Con las posiciones de mediocentro e interiores acaparadas por los tres compadres, Chapo-Gallo-Gullit, el extremo es la opción más natural para Ibarra. Por delante de Velarde sumaría a la banda lo dosis de ataque que no daría Efraín. Sin embargo, esa posición debería estar reservada para Burbano, conocedor del juego leonés y velocista de banda con condiciones de juego muy interesantes.

Una opción muy interesante sería verle de segunda punta con Boselli, para buscar la jugada de saque en largo y prolongación. Podría de esa manera sumarse también al mediocampo y caer a la banda. El problema sería un trabajo táctico al que no está acostumbrado y del que probablemente la consecuencia sería retrasar su adaptación.

Probablemente veamos un papel de revulsivo para Miguel Ibarra, dadas sus características de potencia, parece ser el tipo de jugadores que no necesitan aclimatarse al partido, sino que lo dinamitan desde que entran. Es curioso que la posición de extremo izquierdo ha sido dolor de cabeza las últimas temporadas, pero ahora, tiene varias soluciones. De cualquier manera, si juego Marco Bueno no podríamos perdernos el lujo de verlo asociarse con Miguel Ibarra.

Faltará ver como aprovecha Pizzi esa versatilidad que ofrece en el terreno de juego.

jueves, 25 de junio de 2015

Aldo Rocha a escena en la Jornada 1



 Entre comiilas, algo sobre Aldo Rocha extraído del análisis León vs. Talleres de Córdoba: http://www.nacionesmeralda.com.mx/leon-vs-talleres-de-cordoba-el-analisis-tactico/

"Lejos de desaprovechar el tiempo, Pizzi pensó exprimir el amistoso con Talleres de Córdoba. Colocó a Rocha como base del equipo, con la responsabilidad de mover la pelota, buscar compañeros entre líneas y le colocó a Vázquez como escudero por delante, como si de Peña se tratase, aunque fue curioso comprobar la tendencia del “Gallito” con libertad consiste en irse a la banda.

Cuando el partido le permitió a Rocha encontrarse cómodo, con libertad y tiempo de recibir y decidir, León cayó en la más absoluta intrascendencia. Durante gran parte del partido, incluso minutos continuos, el equipo formó una “U” y la recalcó repitiendo los pases lateral-central-Rocha-Central-lateral. A veces eran los laterales y extremos los que extendían la “U”, pero la pelota siempre volvía a Rocha con la esperanza de que el balón pasara por un hueco y luego regresaba con la frustración de que no pasaba nada.

Tras el gol de Talleres, fruto de la mala relación del “Chapita” Delgado con la responsabilidad defensiva de ser un lateral fue Christian Martínez con trazos largos y luego el “Gallito” abriéndose a la banda para salir de la insensibilidad del carril central los que despertaron al equipo. Incluso Vázquez permitió al abrirse que Rocha tuviera más claridad y enviase el balón con certeza a su posición en un par de ocasiones. Pero Pizzi quería ganar y Rocha no salió al segundo tiempo".

La primera vez que Pizzi probó a Rocha con toda la responsabilidad de mediocentro, Aldo no salió al segundo tiempo. Y era un amistoso.

Nuevamente Rocha se enfrentará a la responsabilidad de ser la base del equipo en la primera jornada. Se trata de un jugador cuya mayor virtud es la visión y técnica para el trazo largo, cambio de orientación y salida en alrgo. Para ello necesita dos cosas: espacio que le den sus compañeros, y libertad por parte del rival, que no le atosiguen en la presión. Son dos cosas que evidencian la falta de continuidad y minutos, por lo que Pizzi deberá realizar trabajo muy específico con él para evitar un mal inicio como el que sucedió en el anterior toreno.

Por otra parte, y a pesar de los defectos de su defensa posicional (Rocha tiende a descuidar la vigilancia de la zona del enganche rival, donde pueden llegar el segunda punta o un interior llegador) contará el joven leonés con la experiencia y la seguridad que darán a su espalda Novaretti o Burdisso o Nacho, dependiendo de la combinación que opté Pizzi. Pero tener detrás jugadores tan táctictos, como Guillermo, o tan técnicos, como Diego, debe suponer liberación mental y aumento de confianza para Aldo. Puede incrementar su confianza a partir de potenciar sus virtudes, entre las cuales destaca su capacidad natural para adivinar donde va a pasar el pase e interceptarlo. Esperamos la jornada uno con mucha emoción.

sábado, 20 de junio de 2015

México necesitó un entrenador porrista




 

La selección volvió a certificar un vergonzoso torneo de Copa América, ahora en Chile 2015, tras una derrota donde el combinado ecuatoriano, apodado también tricolor, desarrollo un mejor fútbol a lo largo de noventa minutos contra la selección mexicana. Al cúmulo de despropósitos tácticos, técnicos y morales de Miguel Herrera, se han sumado su hija y una disputa con Martinoli, el popular narrador de TV Azteca. Usualmente no trató de centrarme en cosas extra cancha, pero la frase que incendió a “La Pioja” (quién avanza en el mundo del periodismo deportivo gracias al apellido  de su padre, porque su capacidad intelectual es… cuestionable) me parece muy digna de analizar. Más aún, porque engloba todo el problema que supone el ciclo de Miguel Herrera al mando de la selección.

Pueden, si desean leer el artículo donde tocamos las formas de Herrera como DT: http://falso9blog.com/13/09/2014/si-yo-fuera-miguel-herrera/

La frase en cuestión fue la siguiente: 


"México necesita un entrenador, no un porrista"


Y es que en verdad, lo que es Miguel Herrera es eso. Un porrista. A la frase de Martinoli, ventajista y contundente, le modificaría un poco. Es que México necesitó un porrista. Y ahora sí necesita un entrenador.
Tras ganar los JJOO de Londres 2012, la selección mexicana en su nivel mayor comenzó una inexplicable caída que terminó con el año de los cuatro entrenadores, un 2013 que vio rodar sucesivamente las cabezas de “Chepo”, Tena, Vucetich y la entronización de Miguel Herrera como entrenador nacional. La situación en las eliminatorias mundiales era angustiante, millones de dólares estaban a punto de irse a la basura y en el plano deportivo los dirigentes no daban con la tecla para que el equipo con mayor nivel individual de la zona lograra sumar en la tabla del hexagonal y asegurar su asistencia al mundial de Brasil 2014.

Las razones del brusco descenso del nivel y las perdidas contra los rivales de puntos increíbles fueron varias, algunas irrisorias, como quienes atribuyeron la crisis del seleccionado al amistoso celebrado con USA en el Estadio Azteca en 2012, tras los JJOO, o las más naturales atribuyendo a la rigidez del sistema del “Chepo” y su actitud descuidada, o la falta de compromiso de los elementos que militan en Europa.
En todo caso, la elección cayó sobre Miguel Herrera no para recomponer el rumbo, sino para ganar una eliminatoria de repechaje en contra de Nueva Zelanda. En aquel entonces campeón de la Liga MX, Miguel tenía un equipo americanista que aprovecho bien la idea de su 5-3-2 y el impulso anímico que significo ganar de milagro la Liga MX contra Cruz Azul. Y la cosa salió bien, el TRI saldó sin mayores apuros el repechaje y selló su boleto para el Mundial de Brasil.

Salió bien porque en ese momento, en dos equipos entre los que mediaba tanta diferencia (México y Nueva Zelanda) Herrera era justo lo que necesitaba la selección para sacudirse la depresión en la que estaba sumido. Un hombre tan pasional como el “Piojo”, cuya vida tiene periódicamente episodios de violencia, tanto física como verbal, cuyos festejos temperamentales, que rozaban el rídiculo se hicieron famosos, despertó a los jugadores. Les infundió el ánimo necesario, los convenció de la victoria. Pero desgraciadamente, la clasificación al mundial ocultó todos los males: las carencias de Miguel como táctico, el sistema que corrompe campeones mundiales y los vuelve jugadores del montón, los amiguismos en la federación.

Lo mejor que le pudo haber pasado a México en 2013 hubiese sido quedar fuera del mundial. El impacto económico hubiese despertado a los dirigentes como una bofetada y el aficionado hubiese comenzado a exigir drásticamente. Desgraciadamente, se fue al mundial y a pesar de que lo disfrutamos, las carencias de Herrera como estratega (me remito al artículo más arriba citado) nos dejaron fuera contra Holanda. No fue el penal de Robben, fueron las decisiones del Piojo. El mismo Piojo que palnteó mal una final contra el formidable León de Matosas y cayó humillado. Ahora atrapado en una espiral de verborrea y cayendo en un precipicio de vulgaridad, se aferra a la esperanza de ganar una Copa Oro donde se enfrentará al mejor portero de México, a quien menospreció por no prestarse a sus juegos en los que, desgraciadamente, tiene atrapados a Montes y otros elementos del Club León.

México necesitó un entrenador porrista para superar su depresión y volver a competir, a creer en su talento. Ahora necesita un entrenador de verdad porque el que tiene ha degenerado en payaso, quizá por tanto mental-fitness.

miércoles, 17 de junio de 2015

Efraín Velarde



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 El Chispoa
Altura: 1,73 m
Peso: 70 kg
Campeonatos con Pumas, participaciones con la selección 
Posición natural: Lateral Izquierdo


Como central potencia algunas de sus cualidades: su impulso para el salto es bueno y su calidad para llegar de cabeza está fuera de duda. Es rápido y eso le permite competir contra delanteros corriendo al espacio o a los balones a la espalda. Sin embargo, tiene algunas carencias. Propiamente hablamos de una cierta inseguridad a la hora de defender dentro del área que se expresa atacando mal la pelota o perdiendo marcas. Un delantero experimentado puede superarle con movimientos de ruptura o separarse mucho de él. Probablemente, se trate de un defensa idóneo para una línea de tres centrales, donde pueda sentirse más cobijado. Lo que es claro es que hablamos de un defensa que no está hecho para llevar los galones y voz de mando. 

Por velocidad y técnica, es un jugador que permite la salida de balón por conducción. Llevar la pelota y esperar que salga un jugador a presionar para buscar al compañero. Hay que mencionar que su técnica de golpe en largo es buena, como lateral puede centrar la pelota con relativa precisión y faltará saber si tendría también precisión para una salida en largo.

En cuanto a la personalidad, rebosa tranquilidad. El campeonato no es desconocido para él y pocos retos tiene en su carrera por delante. A pesar de ello su aplomo y confianza le sirven como base para crecer dentro de un equipo y sumar constantemente.

Efraín sabe lo que es un bicampeonato.

¿Qué aporta al León como lateral izquierdo?
Claridad llegando desde la izquierda, calidad innata para el remate de cabeza. Tiene técnica para llegar a la pelota e improvisar en el remate, sea de “palomita” incluso. Como lateral, pertenece a la clase de los que pisan fuerte el área, no para asociarse o dar el último pase, sino de los que son grandes rematadores porque llegan en el momento justo y disparan certeramente. Para que se dé su calidad tremenda de remate se debe dar la circunstancia de que Velarde esté orientado desde la izquierda. Su calidad de disparo, que es alta, puede marcar incluso a balón parado y  sí se conjuga con la comodidad de tener el cuerpo orientado y la claridad de mente para rematar correctamente y con mucha efectividad. Es decir no es in rematador de girar el cuello o rematar con pierna cambiada o regate, como lateral izquierdo no aporta diagonales pero si un elemento sorpresa que cuando encuentra posición de remate viniendo de su banda es muy peligroso. 

Aportaría tambien como elemento a doblar al extremo, porque sus centros suelen ir medidos al centro. No es precisamente que encuentre al rematador, pero suele focalizar bien la zona y hacer llegar la pelota a ella. De todos modos, con un extremo como Burbano será dificl que intente doblar. En ausencia de este, lo normal sería que León deje mucho espacio en esa banda para su subida, pues Montes juega siempre en posiciones más interiores. Ahí Velarde tendría que esforzarse en no desentonar con compañeros que ele exigiran asociarse y buscar espacios.

Donde supone un plus es a la hora de defender. Si bien no es un central excelente, maneja conceptos defensivos aceptablemente. Es difícil sorprenderlo o superarle en el mano a mano, pero suele llegar tarde a la jugada y dejarse ganar la espalda. Cerca de la banda, estos defectos se minimizan, de ahí la importancie de decidir si será lateral o central. A pesar de sus potencia de salto su estatura no le hace candidato a central tampoco.

Cuando pisa el área, Valverde se convierte en un delantero centro.

La impresión es que Velarde aportará más como lateral que como central. Es cierto que en la defensa sumaría velocidad, pero acosta de perder seguridad, situación muy incómoda últimamente para el club. Es válido para una línea de tres, pero probablemente comenzará ocupando la baja del “Aris”. Su perfil izquierdo le coloca como opción además de sus características y experiencia, pero es verdad que hace tiempo no hay un defensa zurdo en la nómina.

En suma, lo que decidirá si juega de central o lateral será el sistema. Línea de cuatro: lateral. De tres, central. Decisión de Pizzi.

sábado, 13 de junio de 2015

Carlos Peña: Lo que un día fue, mañana será

peña

Peña es un interior muy especial. Único en su especie en la Liga mexicana, con futuro en el viejo continente. Completo en labores defensivas por su fuerza física y capacidad de robo, “Gullit” es demoledor debido a su poderosa zancada y control del balón.

Pieza fundamental del reciente bicampeón  de liga mexicano, el Club León, Carlos Peña es un futbolista único para un país que se interesa solamente en extremos  y delanteros. Su camino, por mentalidad del entrenador mexicano no fue fácil, pero sus características lo han hecho realzarse y dar a conocer su verdadero valor. Posee, además de sus condiciones físicas, técnicas y tácticas, una mentalidad poderosa. Se dice que practicó boxeo desde los trece años, y puede ser cierto,  a juzgar por el punch que supone su presencia y determinación en la cancha.

 
Posición: Interior o 2o Mediocentro. Lo mencionamos arriba, Carlos Peña es un Box to Box. Su labor en ataque y defensa es imprescindible. Se le sitúa junto a un mediocentro defensivo para compartir labores defensivas y poder incorporarse al ataque con más libertad, sin embargo, puede alternar fácilmente las posiciones. Aunque posee características de polivalencia, el mote de Gullit le viene de su cabellera.

Físico: A diferencia de la mayoría de los jugadores mexicanos, Peña posee una corpulencia trabajada. Posee musculatura contundente, un tren inferior fuerte y compensación en el superior. Mide 1.78 m, con una buena zancada y velocidad, aplicando estas características en su modo de juego para tener ventaja. Su capacidad de salto también es notable. La colocación de su cuerpo le permite conducir a velocidad sin siquiera poner en riesgo el balón.

Juego: En labores defensivas, Peña es básico para la presión. Utiliza su poderío físico y recorrido para encimar al conductor del balón, chocándolo y buscando controlar la pelota antes que patearla. Los balones sueltos que paseen cerca de él acaban en su poder. En transición defensiva tiende a dejar huecos a su espalda, lejos de los centrales. Pero ya en fase defensiva su colocación es excelente.de 1.78 m, con una buena zancada y velocidad, aplicando estas características en su modo de juego para tener ventaja. Su capacidad de salto también es notable. La colocación de su cuerpo le permite conducir a velocidad sin siquiera poner en riesgo el balón.

Ya recuperado el balón y cerca de la media cancha, el Gullit es una vía segura de salida. No es mediocentro pasador-organizador, sino que se lanza en carrera (box to box) conduciendo hasta acercarse lo más posible al área contrario. Una vez ahí, cede al balón y continúa moviéndose para abrir huecos, o utiliza su excelente y potente disparo de larga distancia. Esto le hace impredecible y un dolor de cabeza a las defensa rivales. Su progresión además, ha mejorado su definición y lanzado en carrera al área chica es letal por su precisión. Eso sí, no esperemos verle dar un pase filtrado porque de momento no posee esa capacidad.

De frente a la portería no es muy preciso al primer toque, pero con tiempo para decidir y sobre todo tras conducciones decide muy bien. Sus definiciones en dichas situaciones son excelentes, y sus disparos lejanos, peligrosos. En saques de esquina  suele ser una amenaza concreta, aunque no regular. Debido a sus condiciones físicas, suele ser perfecto para atravesar líneas mediante conducciones suicidas, sólo a su alcance.

Técnicamente tiene que mejorar, o quizá utilizar su pase corto, pero para ello quizá lo mejor sería emigrar al fútbol europeo. Es un jugador serio, sobrio, con mucha garra y pundonor que merece la oportunidad. Tras un año para olvidar, a Peña le llega la oportunidad de reivindicarse y volver a aspirar a metas más altas, porque el talento, lo tiene.

Marco es Bueno





México tiene tres generaciones que se graduaron en la vida siendo adolescentes. La primera fue la de los Niños Héroes, controversial episodio de nuestra historia nacional que resulta bastante motivacional, la segunda, los Niños Héroes del Perú, hasta la fecha, la generación más talentosa de la historia de nuestro País y, finalmente, aquellos que tomaron toda la fuerza de un país y la plasmaron en la cancha. Marco Bueno pertenece a la generación ganadora de la Copa del Mundo sub 17 en México 2011.


A diferencia de los campeones de 2005, los de 2011 no se impusieron por talento, sino por huevos.


Con el apoyo de todo un país, el seleccionado sub 17 no desaprovechó la localía y fue desmontando equipos de primer nivel. La imagen del mundial es la de Julio Gómez ante Alemania. Un equipo cuyos jugadores hoy día están consolidados en Europa y que de buenas a primeras superaba al equipo mexicano táctica y técnicamente. A base de sudor y sangre, incapaces de rendirse ante el aliento de una nación, marcando incluso de chilena… la selección mexicana ejerció el mejor episodio de Supercampeones de la historia. La selección mexicana y su espectacular torneo internacional se resumen en la frase de Marco Bueno, de quien nos ocuparemos ahora: “el estadio lleno nos hizo sacar el Fua”.


Como suele decirse, Marco Bueno llegó primero a la repartición de… Bueno, llega primero en todas las jugadas.


Su especialidad es el remate al primer poste. Ya sea llegando en un breve sprint lateral para ganarle la posición al defensa o esperando a primer poste un saque de esquina, su movilidad e impulso le hacen una constante amenaza que la defensa no puede parar por completo. Dicho de otra manera, si a Marco se le permite realizar la diagonal hacía el primer poste, situación que depende más de sus compañeros, la ocasión de gol está garantizada y del portero depende evitar el gol, porque el movimiento es su especialidad, pero el remate es una virtud.
Y es que sus remates son exquisitos. Son segundos que se podrían ver en bucle durante varios minutos. Por la misma naturaleza de su movimiento de anticipación, su espacio de remate es reducido y le exige un nivel muy alto de técnica y de creatividad. Cuando remata por abajo, no le pega a la pelota: la cachetea. Ese cachetazo que es una mueca de superioridad y que siempre toma mal parado al arquero, porque la pelota, que debería ir al primer poste, se carcajea mientras corre al segundo. Un movimiento con el exterior del pie o de la tibia cuyo gesto es casi quirúrgico. Y el chico lo hace tan regularmente que podemos afirmar la naturaleza inherente a  su ser de dicha habilidad.

Su remate de cabeza, lo mismo. Bueno maneja las dos opciones, rematar al ángulo de primer poste o buscar el camino largo y bombeado hacía el segundo. El espectáculo de su remate radica en la facilidad con la que realiza la difícil suerte de girar primero el cuello con un impulso del cuerpo que gira después. Puede simplificar y girar sólo la cabeza, pero de su decisión de donde clavar la pelota depende la forma que realiza con sencillez abrumadora. 

A partir de ahora es cuando la cosa se pone mejor: pese a tan evidentes habilidades de delantero rematador, Marco Bueno tiene una interpretación de juego y condiciones técnicas de mediapunta. Dentro de las cada vez más completas nuevas generaciones, Bueno entiende muy bien las conducciones por carril central, la recuperación de la pelota mediante presión, la asociación de circulación en mediocampo. Sus recursos para el pase no se limitan a la parte interna, utiliza a voluntad el exterior o la punta para buscar dirección o fuerza. Aunado a todo esto, cuenta con un buen disparo de media distancia, lo que le da peligrosidad en los linderos del área. Sus condiciones técnicas, que le permiten rematar a gol incluso con el pecho, no le convierten en un asistidor, faceta que debe desarrollar, pero sí en un elemento de ataque con mucha movilidad y aprovechando su velocidad, pues es rápido, versátil para varios sistemas pero sobre todo un acompañante de lujo para un delantero, lo que nos deja pensando, evidentemente, en su futura relación con Boselli.


Hace tiempo que dejar sólo a Boselli en la punta huele a desperdicio.


Las cualidades de Boselli, al que hacen falta mínimo dos defensas para marcarlo, y eso sin garantías totales, reclaman un acompañante con características muy específicas: Que ataque uno de los postes para sus remates, y que sus condiciones técnicas le permitan asociarse con Mauro. La opción de Gonzalo Ríos, tendiente a rematar al segundo palo, caer a la banda derecha y técnicamente dotado para buscar el último pase es bastante buena, pero la llegada de Bueno resulta una opción emocionante. Su habilidad para buscar el primer palo resultara en el arrastre de un defensa y quizá un central, lo que dejaría a Boselli, un maestro de la ventaja posicional, en un ventajoso mano a mano. También la movilidad de Bueno supone distracciones para la defensa o la posibilidad de que capte un remate de balón suelto. Su disparo de media distancia completa el área de mejora de Mauro y su potencia de salto le constituye en una amenaza aérea más del equipo verde.

Por otro lado, Bueno oteará a su izquierda a uno de los jugadores más rápidos y técnicos de la liga: Burbano. Dada que su tendencia para el remate de cachetada suele ser mejor cuando la pelota viene desde la izquierda, es de esperar que la velocidad, electricidad y técnica de Burbano sea trabajada para proveerle más situaciones como esta.

Marco es Bueno, sí, muy bueno. Llegará a un lugar con una afición acostumbrada a hacer que los suyos saquen el Fua. Esperemos que dada su velocidad y condiciones técnicas, no se caiga en la tentación de situarle en la banda y se le haga en cambio acompañar más a Boselli, de quién puede ser heredero. También puede ser viajero de paso, pues es un jugador muy especial y su tipo es (fue) buscado en Europa. 

Es un gran fichaje.

Por @Akelandos.