sábado, 13 de junio de 2015

Marco es Bueno





México tiene tres generaciones que se graduaron en la vida siendo adolescentes. La primera fue la de los Niños Héroes, controversial episodio de nuestra historia nacional que resulta bastante motivacional, la segunda, los Niños Héroes del Perú, hasta la fecha, la generación más talentosa de la historia de nuestro País y, finalmente, aquellos que tomaron toda la fuerza de un país y la plasmaron en la cancha. Marco Bueno pertenece a la generación ganadora de la Copa del Mundo sub 17 en México 2011.


A diferencia de los campeones de 2005, los de 2011 no se impusieron por talento, sino por huevos.


Con el apoyo de todo un país, el seleccionado sub 17 no desaprovechó la localía y fue desmontando equipos de primer nivel. La imagen del mundial es la de Julio Gómez ante Alemania. Un equipo cuyos jugadores hoy día están consolidados en Europa y que de buenas a primeras superaba al equipo mexicano táctica y técnicamente. A base de sudor y sangre, incapaces de rendirse ante el aliento de una nación, marcando incluso de chilena… la selección mexicana ejerció el mejor episodio de Supercampeones de la historia. La selección mexicana y su espectacular torneo internacional se resumen en la frase de Marco Bueno, de quien nos ocuparemos ahora: “el estadio lleno nos hizo sacar el Fua”.


Como suele decirse, Marco Bueno llegó primero a la repartición de… Bueno, llega primero en todas las jugadas.


Su especialidad es el remate al primer poste. Ya sea llegando en un breve sprint lateral para ganarle la posición al defensa o esperando a primer poste un saque de esquina, su movilidad e impulso le hacen una constante amenaza que la defensa no puede parar por completo. Dicho de otra manera, si a Marco se le permite realizar la diagonal hacía el primer poste, situación que depende más de sus compañeros, la ocasión de gol está garantizada y del portero depende evitar el gol, porque el movimiento es su especialidad, pero el remate es una virtud.
Y es que sus remates son exquisitos. Son segundos que se podrían ver en bucle durante varios minutos. Por la misma naturaleza de su movimiento de anticipación, su espacio de remate es reducido y le exige un nivel muy alto de técnica y de creatividad. Cuando remata por abajo, no le pega a la pelota: la cachetea. Ese cachetazo que es una mueca de superioridad y que siempre toma mal parado al arquero, porque la pelota, que debería ir al primer poste, se carcajea mientras corre al segundo. Un movimiento con el exterior del pie o de la tibia cuyo gesto es casi quirúrgico. Y el chico lo hace tan regularmente que podemos afirmar la naturaleza inherente a  su ser de dicha habilidad.

Su remate de cabeza, lo mismo. Bueno maneja las dos opciones, rematar al ángulo de primer poste o buscar el camino largo y bombeado hacía el segundo. El espectáculo de su remate radica en la facilidad con la que realiza la difícil suerte de girar primero el cuello con un impulso del cuerpo que gira después. Puede simplificar y girar sólo la cabeza, pero de su decisión de donde clavar la pelota depende la forma que realiza con sencillez abrumadora. 

A partir de ahora es cuando la cosa se pone mejor: pese a tan evidentes habilidades de delantero rematador, Marco Bueno tiene una interpretación de juego y condiciones técnicas de mediapunta. Dentro de las cada vez más completas nuevas generaciones, Bueno entiende muy bien las conducciones por carril central, la recuperación de la pelota mediante presión, la asociación de circulación en mediocampo. Sus recursos para el pase no se limitan a la parte interna, utiliza a voluntad el exterior o la punta para buscar dirección o fuerza. Aunado a todo esto, cuenta con un buen disparo de media distancia, lo que le da peligrosidad en los linderos del área. Sus condiciones técnicas, que le permiten rematar a gol incluso con el pecho, no le convierten en un asistidor, faceta que debe desarrollar, pero sí en un elemento de ataque con mucha movilidad y aprovechando su velocidad, pues es rápido, versátil para varios sistemas pero sobre todo un acompañante de lujo para un delantero, lo que nos deja pensando, evidentemente, en su futura relación con Boselli.


Hace tiempo que dejar sólo a Boselli en la punta huele a desperdicio.


Las cualidades de Boselli, al que hacen falta mínimo dos defensas para marcarlo, y eso sin garantías totales, reclaman un acompañante con características muy específicas: Que ataque uno de los postes para sus remates, y que sus condiciones técnicas le permitan asociarse con Mauro. La opción de Gonzalo Ríos, tendiente a rematar al segundo palo, caer a la banda derecha y técnicamente dotado para buscar el último pase es bastante buena, pero la llegada de Bueno resulta una opción emocionante. Su habilidad para buscar el primer palo resultara en el arrastre de un defensa y quizá un central, lo que dejaría a Boselli, un maestro de la ventaja posicional, en un ventajoso mano a mano. También la movilidad de Bueno supone distracciones para la defensa o la posibilidad de que capte un remate de balón suelto. Su disparo de media distancia completa el área de mejora de Mauro y su potencia de salto le constituye en una amenaza aérea más del equipo verde.

Por otro lado, Bueno oteará a su izquierda a uno de los jugadores más rápidos y técnicos de la liga: Burbano. Dada que su tendencia para el remate de cachetada suele ser mejor cuando la pelota viene desde la izquierda, es de esperar que la velocidad, electricidad y técnica de Burbano sea trabajada para proveerle más situaciones como esta.

Marco es Bueno, sí, muy bueno. Llegará a un lugar con una afición acostumbrada a hacer que los suyos saquen el Fua. Esperemos que dada su velocidad y condiciones técnicas, no se caiga en la tentación de situarle en la banda y se le haga en cambio acompañar más a Boselli, de quién puede ser heredero. También puede ser viajero de paso, pues es un jugador muy especial y su tipo es (fue) buscado en Europa. 

Es un gran fichaje.

Por @Akelandos.

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